La normativa aprobada por el Congreso impide que los municipios tengan una señal propia, afectando a 18 comunas. Algunas, como Isla de Pascua, perderían el único medio local.
Cada día, a las 21.30 horas, los habitantes de Isla de Pascua sintonizan sus televisores en el canal 13. En sus pantallas no aparecen Montserrat Alvarez ni Ramón Ulloa, sino Fernando Pakarati y Katiki Wilkins Tuki, comunicadores audiovisuales nacidos y criados en la isla. El noticiero, conducido en rapa nui y en español, es desde hace 14 años el programa más visto de toda la isla.
Mata Ote Rapa Nui transmite desde las 17.00 a las 01.00, y no sólo las noticias. Programas deportivos con las competencias de canotaje polinésico, de surf y el campeonato local de fútbol son los favoritos. Eventos culturales, sociales, debates, todo un espectáculo en pantalla, altamente valorado por los isleños.
Mal que mal, además de TVN y Chilevisión, no hay otra señal de televisión abierta, canal comunitario o servicio de cable que se pueda sintonizar en la isla.
Pero el Ojo de Rapa Nui, nombre del canal en español, está condenado a bajar sus cortinas. La nueva normativa de Televisión Digital Terrestre, recientemente aprobada por el Congreso, lo deja fuera de toda opción de convertir su señal analógica en digital.
Pasó casi inadvertido, incluso para varios alcaldes. Pero el artículo Nº 18 inciso segundo de la normativa -que se encuentra hoy en el Tribunal Constitucional como último trámite, antes de su promulgación- lo señala claramente: “No podrán ser titulares de una concesión las municipalidades, las corporaciones y las fundaciones municipales”. Mata Ote Rapa Nui es un canal municipal.
“Esto nos daña tremendamente, ya que el canal se creó con el objetivo de conservar y difundir la cultura rapa nui y preservar el idioma. Más del 60% de la programación es de origen local y con esto, ahora vamos a tener que esperar que desde el conti nos digan qué está pasando con nuestros vecinos”, lamenta el alcalde de Isla de Pascua, Pedro Edmunds.
Al igual que la comunidad isleña, son 18 las localidades que, según la Subtel, se verán afectadas por la norma, varias de ellas localidades remotas, como Mejillones (Región de Antofagasta), Chile Chico (Aysén), Castro (Los Lagos) o Putre (Arica-Parinacota), que perderán su señal abierta de televisión local.
“El canal siempre ha sido un buen vehículo para difundir las actividades de la comuna y transmitir información de utilidad para nuestros vecinos”, explica Marcelino Carvajal, alcalde de Mejillones.
Allí, sólo Chilevisión, Mega, TVN y el local Canal 2 TV tienen cobertura de señal abierta y son los únicos que llegan a los televisores del 14% de las viviendas del puerto que no están abonadas al servicio de cable.
De todos modos, a Mata Ote Rapa Nui le quedan 10 años de transmisión, ya que las señales podrán continuar funcionando hasta que caduque la actual concesión.
TRAMITACION DE LA LEY
La Asociación Chilena de Municipalidades ha cuestionado esta disposición en la ley de Televisión Digital Terrestre, que prohíbe a las municipalidades renovar o licitar nuevas concesiones.
A juicio de Christian Vittori, edil de Maipú y presidente de la gremial, la normativa “excluye arbitraria y discriminatoriamente a los municipios de tener canales de televisión, bajo el argumento de que éstos serían instrumento de propaganda política, todo esto sin valerse de ningún estudio”.
Edmunds agrega que “si alguno de los alcaldes hubiera usado con fines políticos la señal del canal, los entes fiscalizadores como, el concejo, la contraloría municipal y los mismos vecinos habrían hecho una denuncia del tema”.
Al respecto, Herman Chadwick, presidente del Consejo Nacional de Televisión, apoya esta disposición; sin embargo, agrega que “nunca ha escuchado o recibido un reclamo” por propaganda política de los alcaldes a través de los canales municipales.
Asimismo, propone algunas soluciones para que los canales locales no desaparezcan. “Podríamos ver, en la medida que nos provean los fondos necesarios, una forma de ayudar a las comunidades a tener su propio canal”, asegura. En el caso de Mata Ote Rapa Nui, funciona gracias al aporte anual de $ 100 millones que la Municipalidad de Isla de Pascua entrega al canal.
Vittori está evaluando posibles acciones a seguir, para evitar que la ley perjudique a los canales locales. Sin embargo, poco tiempo le queda: una vez que el Tribunal Constitucional se pronuncie, la ley estaría en condiciones para ser publicada en el Diario Oficial. Eso podría suceder antes de fin de mes. De ser así, los canales municipales tendrán que colgar sus cartas de ajuste para siempre.
Fuente: La Tercera